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Pianista neoyorkino, productor y protagonista de algunos momentos fundamentales de la salsa. Integrante de Fania All Stars. Por sus venas no corre sangre latina, pero ha hecho historia con su ritmo sabroso y con cantantes como Ismael Miranda y Junior González, con quienes impuso temas como «Abran paso», «Arsenio«, «La cartera» y «El paso de Encarnación». Además, realizó obras en el corte de lo sinfónico, de la ópera con corte salsero y en pleno boom de la salsa monga prefirió llevar boleros a la salsa. Conversamos con El Judío Maravilloso para un programa especial de Mamboinn Radio.

 

LARRY HARLOW

 

«Arsenio es el Papá de los Conjuntos Modernos»

 

Enrique Vigil Taboada

 

Maestro, siendo usted judío, ¿tuvo problemas con su religión por hacer música afrocubana, música salsa?

 

No. No he tenido problemas, porque yo soy santero en este momento, yo he nacido judío porque mi papá y mi mamá fueron judíos, pero con los años, cuando ingreso a la música afrocubana, dediqué mi vida a los santos en New York. Ahora soy un santero mayor. Llevo más de 40 años con esa religión.

 

Antes de empezar esta entrevista estuve difundiendo en Mamboinn Radio, algunos temas de sus primeros discos, del LP Heaving Smokin’, del Getting ´Off, del Exigente e indudablemente recordábamos la fuerza que tenían esos discos. La pregunta es, ¿si es posible devolverle a la salsa, ese vigor, esa fuerza que tuvo en los años 70?

 

Bueno, tú sabes, al principio de mi carrera no existía el nombre de salsa. Salsa es solo una palabra, una expresión para llamar a la música afro cubana. Claro, con un poquito de ingredientes como el Jazz Americano. Yo empecé con el disco Heavy Smokin’ en el año 1965, con un grupito de músicos amigos. Pero al pasar los años los arreglos empiezan a ser más sofisticados, más contemporáneos. Sin embargo, mis tres primeros discos tienen el sabor de calle más que de estudio, ¿me entiendes?, un poquito más crudo…

 

Y bueno, eso hacía que impactara mejor en el barrio, en la gente ¿no?

 

Sí, porque al principio yo no usaba timbales, yo usaba bongo y el bongosero tocaba la campana. Era básicamente el formato de conjunto afrocubano.

 

 

Maestro, se sabe de su amplia identificación con la música tradicional cubana, sin embargo, quiero preguntarle si escucha o tiene alguna conexión con los grupos cubanos de las últimas décadas?

 

Soy fanático de Félix Chapottín, de Arsenio Rodríguez, de Benny Moré y aprendí de la música por mi estadía en Cuba. Yo estudié por un año y medio en la universidad en La Habana antes de Fidel Castro y aprendí los secretos del son cubano, porque el son es la raíz de la música tropical.

 

Maestro, ¿Cómo siente a Arsenio Rodríguez?

 

Por ejemplo, antes de Arsenio no existían los conjuntos. Existían los sextetos, quintetos. Es Arsenio quien pone la tumbadora en el grupo de música cubana. Yo no creo que haya un grupo de salsa en este momento que no tenga tumbadoras en el grupo. Arsenio puso la tumbadora, después pone el piano y pasando el tiempo pone la segunda trompeta, tercera trompeta y arreglos más modernos para tres trompetas. Definitivamente, Arsenio es el papá de los conjuntos modernos. Arsenio es una persona como Dizzy Gillespie en la música americana, tú sabes, un campeón de la música de nuestro país. Arsenio fue mi inspiración con todas esas variaciones que le dio a la música.

 

Y es por eso que usted le dedica el disco Tributo a Arsenio Rodríguez.

 

Es correcto. El papá y la mamá de Arsenio nacieron en el Congo. Arsenio nació en Cuba, en un pueblo pequeño, pero el tipo era un genio de verdad. Merecía ese tributo y otros más.

 

ANTES DE HOMMY NO EXISTÍAN LOS RECITALES

 

Usted tuvo mucho que ver con las películas de Fania All Stars que llevaron la salsa a nivel mundial. ¿Esperaba esa explosión?

 

La idea de hacer las películas es mía. Estuve al lado de Jerry Masucci en las producciones musicales, pero como buen judío innovador estuve buscando cómo hacer para llevar esta música a otro nivel. Por eso fui el primero en hacer un disco en cuadrafónico, un disco experimental, el primer disco digital, etc… Yo no formé las Estrellas de Fania, la agrupación ya existía y fue idea de Johnny Pacheco. Así es que luego de conversar con mi amigo cineasta, Leon Gast, que vivía en mi mismo edificio, nos lanzamos al proyecto. Le preguntamos cuánto dinero necesitaríamos para hacer una película de la Fania, y dijo: “más de cien mil dólares”. En esa época, 1971, era mucho dinero. Sin embargo, trabajé muy de cerca en eso como coproductor. La primera película Our Latin Thing fue un éxito mundial. Se abrieron las puertas para los mercados de Asia, Europa, Africa y América Latina. Nunca en mi vida había tocado en Sudamérica antes de la película de Fania, solamente en Puerto Rico, Miami, New York, California, pero luego se abrieron las puertas y no solo para mí sino para todos los integrantes del grupo. A partir de la película se exportó la música latina a nivel mundial.

 

 

En dicha película no sólo fue productor sino que también protagonista con su orquesta. Recuerdo mucho su actuación en las escaleras de un edificio en Nueva York con Ismael Miranda que cantó “Abran paso” y “Lamentó de un Guajiro”, ¿Qué nos puede a contar al respecto?

 

Fue en la Calle 13, en el bajo Manhattan en Nueva York, tú sabes, entre la avenida dos y tres de la Calle 13. El valet, el ‘band boy’ de la banda, vivía en ese edificio y nos ayudó con la electricidad para los equipos. Hicimos una gran fiesta en la calle para la gente del barrio, frente a una iglesia vieja en ese bloque, porque había muchos hispanos allá. Ese no es El Barrio. Más arriba en Manhattan está El Barrio. Pero este lado es el segundo barrio de New York.

 

Maestro, avanzando un poco, en 1973 nos sorprendió con una Ópera Latina llamada Hommy, basada en lo que habían realizado un grupo de rock. ¿Cómo nace la idea de hacer esta Ópera Latina?

 

El grupo de rock The Who graba Tommy y tomo esa idea para hacer algo desde la perspectiva latina. Lo más importante era hacer un disco sin parar, es decir, con música de manera continuada. Canciones hechas en una historia que iban de uno en uno, allí la música no podía parar. El nombre fue una coincidencia porque yo tenía un amigo en Puerto Rico que se llamaba Hommy. Fue un cantante, ya fallecido, así es que ese disco es parte un homenaje a su persona. Pero Tommy tiene una “T”, Hommy tiene una “H”, entonces es una letra diferente. En la obra de The Who Tommy era una persona ciega y sordomuda que juega muy bien el pinball, en cambio, en Hommy, igual es ciego y sordomudo, pero un experto bongocero. Todo el álbum es una historia de principio a fin.

 

Y realmente es uno de los mejores discos del mundo de la salsa…

 

Fue una producción más elaborada que incluyó un formato de sinfónica, con instrumentos de una orquesta clásica, tú sabes, violines, cellos, arpa, con sonidos diferentes, una mezcla de música clásica con ritmo afrocubano. Y algo muy importante es que antes de la ópera Hommy no existían recitales, había fiestas en los salones de baile, en los clubes, en las escuelas y hasta en las iglesias, pero no existían recitales. Hommy llevó la música latina fuera del barrio para un sitio americano de conciertos. El Carnegie Hall tiene mucho prestigio y nos sirvió de marco para presentar ese show. Yo hice dos conciertos en el Carnegie Hall con un grupo importante de cantantes. También traje a Celia Cruz de México. Luego lo presentamos en Puerto Rico. Fue una cosa increíble para la época. Una verdadera obra de arte y mi sueño es presentarla nuevamente en los próximos dos años.

 

Sería excelente. Pero continuando con Hommy, ¿Es cierto que Celia Cruz, a quien usted le envió la composición del tema que iba a cantar a México, al llegar a New York, no necesitó ensayar sino que se grabó de una?

 

Bueno, ese es el talento de la reina. Yo le escribí un número que se llama Gracia Divina y se lo envié a México. Ella escucha la composición y le gusta, así es que el resto es historia. Luego de la presentación de la ópera, ella firma para Fania Records y vendrían sus grandes éxitos. Pero, tú sabes, sino hubiera existido Hommy, ella se hubiera quedado en México.

 

 

Claro, digamos que Hommy” fue el trampolín para que ella pudiera entrar al mundo de la Salsa.

 

Sí señor.

 

La crítica suele citar los discos Tributo a Arsenio, Hommy (del que acabamos de hablar), del disco Salsa, entre los mejores de Larry Harlow, pero para usted: ¿Cuáles han sido sus mejores discos?

 

A mi me gusta La Raza Latina con Rubén Blades y Néstor Sánchez, en el año 1978. Ese es otro proyecto más o menos como Hommy pero más elaborado. Es una composición de una hora sin parar también. La idea era contar la historia de la música Afrocubana con la misma música. De cómo empezó en África, luego pasa para el Caribe y de ahí pasa a Puerto Rico, a New York y la última parte es la apertura de la música salsa. Con esta producción hicimos 12 ó 14 presentaciones en el Lincoln Center de New York de forma gratuita para el público, con todos los músicos y Rubén Blades cantando gratis. La Raza Latina fue un disco que me trajo mucha satisfacción producir y que me valió mi primera nominación al Grammy en el año 1978. Presentarla nuevamente fue otra locura para mí, jamás olvidaré ese 14 de Agosto de 2010.

 

Maestro, usted ha tenido en su orquesta a varios cantantes. Ha tenido a Monguito, ha tenido a…

 

Primero fue Felo Brito.

 

Correcto, Felo Brito, Ismael Miranda, Junior González y Gary Carrión, entre otros. Ahora tiene dos muy buenos cantantes como Luisito Rosario y Emo Luciano. Sin embargo, tuvo también al “Albino Divino” Néstor Sánchez quien cantó, precisamente, “La Raza Latina” de manera brillante…

 

Néstor tenía un contrato con otra compañía que se llamaba Ricco y por eso no estuvo en toda la producción. Luego, Jerry Masucci y Raphy Cartagena, le dicen que grabara conmigo. Faltaba incluir una composición de Johnny Ortiz, era “La Raza Latina”. Así es como la llega a cantar Néstor.

 

¿No le parece que Néstor Sánchez no llegó a alcanzar la fama que merecía?

 

En mi opinión, Néstor fue uno de los mejores cantantes de la salsa: Los albinos tienen un regalo de dios con su voz. Por ejemplo, Néstor tiene una afinación perfecta. Le dices que cante la nota “La” y Néstor tiene un “Laaaaaaa” potentísimo, sin piano y sin instrumentos, tú sabes, esa voz es un regalo de dios. Pero también tiene uno de los mejores soneos, tiene una voz tremenda, ha estudiado mucho con profesores buenos, tú sabes. Muchos cantantes no han estudiado como Junior, Ismael, Felo Brito, Monguito, no han estudiado música, no han estudiado la voz, pero Néstor ha estudiado toda la vida, es un buen cantante y tiene también la poesía de calle.

 

 

ME GUSTA EL DISCO LOS 3

 

Sus discos Me and my monkey, Live in Quad, La Raza Latina, parecían más bien portadas de discos de rock. ¿Ha tenido usted algún contacto con el rock?

 

Sí, en el año 1969. Tú sabes, yo soy gringo, yo soy músico, me gusta toda clase de buena música y yo empecé de muy chico con un grupo de rock. En el año 69 grabé dos discos para Paramount Records y me fui de gira con algunos artistas como Rod Steward. Fue una experiencia inolvidable pero yo prefería tocar música latina.

 

Usted ha sido muy innovador y en 1975 nos vuelve a sorprender con un disco llamado Belmonte y su Sexteto, que grabó para una discográfica japonesa, ¿verdad?

 

Sí, bueno, en realidad fueron dos discos. Uno se llama Belmonte y su Sexteto,  y el otro se llama AfroCuban Latin Swing con la participación de Chico O’Farrill, pero es un disco mío. Yo tenía un contrato con Fania y no se permitía usar el nombre de Larry Harlow en la portada, así es que le puse el nombre Belmonte y su Sexteto. Eso fue una estrategia para poder cumplir con ese proyecto japonés. El disco fue grabado con un proceso diferente que se llama “directo al disco”, por ejemplo, no había cinta, se grababa en vivo, porque a los japoneses les gusta primeramente el sonido en vivo. Entonces tú necesitas grabar el primer lado del disco, sin número y sin parar, tu tienes unos seis, tu repites los seis completos sin parar, era un proceso muy diferente. Grabé dos discos para la compañía Nipón Phonogram, un éxito en Japón.

 

¿Y qué músicos lo acompañaron en este disco de Belmonte?

 

En el Sexteto tenemos a Pablito Rosario en el güiro, Orestes Vilató en el bongó, Nicky Marrero en el timbal, Frankie Rodríguez en las congas, Eddie ‘Guagua’ Rivera en el bajo, Harry Viggiano en la guitarra y tres, y yo en el piano.

 

Maestro, a mediados de los años 80 usted hizo un disco que tituló Señor Salsa. Ahí apreciamos a un Harlow diferente, lejos de la onda afrocubana. ¿Fue otro intento de darle modernidad a la salsa?

 

Definitivamente, yo trabajé el disco como un traqueteo para el sello Tropical Budda y con el cantante Ray Pérez. Pero Ray tenía muchos problemas adentro, tú sabes. Grabó conmigo un disco y medio más o menos y se fue para Puerto Rico por un lío allá. Tenía problemas todo el tiempo con las cosas malas. Tropical Budda fue un sello que quiso abarcar mucho, contrató a Charlie Palmieri, Mongo Santamaría, Barry Rogers, Ray Martínez, Chombo Silva, Pepe Castillo, etc. Es un tiempo de cambios en la industria, empezó la venta de los CD’s y las grabaciones digitales.

 

 

En pleno auge de la salsa monga, presentó otro disco que eran boleros llevados a la salsa, el disco Los Tres o ahora en edición de CD lo han llamado Romance en Salsa. ¿Qué quiso demostrar con ese disco?

 

Había una compañía que se llamaba K-Tel, de Canadá, que grababa todos los discos de Noche Caliente de Venezuela y fui el productor de uno. El dueño de K-tel, me dice: “yo quiero grabar temas del Trío Los Panchos y todos los números que tengan relación: “Historia de un amor”, “Cuando vuelva a tu lado”, “Piel Canela”. Tú sabes, los discos del Trío Los Panchos con arreglos en salsa, pero con la Orquesta Harlow. Y en ese momento también tenía contrato para Fania y no me permitían que apareciera en la portada. Entonces le pusimos Los Tres y eran los cantantes. Ray Pérez, Doris Eugenio y Orlando Watussi. Me gusta ese disco, los arreglos son muy lindos. Uno de los arreglistas fue Jorge Calandrelli.

 

Ya en tiempos más recientes llegan Las Leyendas Latinas. ¿Con esta agrupación pretende traer la salsa de antes o es una nueva mirada?

 

Fue una idea de Ray Barretto. La idea era hacer una agrupación con los amigos como Adalberto Santiago y Yomo Toro. Fuimos para Perú con Las Leyendas Latinas y la pasamos muy bien en 1995. Luego Ray Barretto se va para seguir con el jazz y yo seguí para adelante con ese grupo. Y es con ese mismo grupo que tengo los últimos 15. Entran otras estrellas diferentes invitadas como Miranda, Junior (González), Lefty Pérez, Pete El Conde, Adalberto, tú sabes. Ahora yo uso a Rubén (Blades), Pacheco y otras estrellas también.

 

Hasta ahora se comenta la participación del Cano Estremera en su aniversario número 35 en que canta “Abran paso” y “Señor Sereno”.

 

Ése es un disco de ilegal, tú sabes, porque no sale legalmente a la calle, Todos esos discos son piratas, no compren, pero es un disco muy bueno. (Risas…!!!) Cano es tremendo salsero, tremendo cantante y ese grupo tiene un swing increíble. Yo también he grabado un DVD muy bueno y los piratas lo han puesto primero en la calle en Sudamérica, cuando todavía no había salido en Estados Unidos o en Puerto Rico. En fin, no se puede con eso.

 

Yo le quiero hacer un pedido especial y ojalá usted pueda grabar un disco con el Cano Estremera.

 

Tengo una invitación del Cano. En la última semana de junio que me voy al Perú con él, yo hablaré sobre esa posibilidad y de seguro grabaremos un disco. Me encantaría. Yo tengo muchos conciertos con él, me gusta el estilo del Cano Estremera y para Perú tendremos algo especial.

 

 

Maestro muchas gracias, lo esperamos en Perú.

 

Gracias a ustedes. Nos veremos muy pronto.

 

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